El reparto de la herencia en muchas ocasiones genera ciertos conflictos entre las familias, llegando incluso a acusarse unos a otros de manipular al fallecido en vida para que los beneficie en su testamento. Y esto es justo lo que ha ocurrido con esta herencia, en la que el testamento de una anciana ha sido invalidado por la justicia, ya que la mujer fue grabada en video, mientras su hija guiaba su mano para firmar un documento que la convertía en única heredera.
La mujer, de 76 años, falleció apenas unos días después de firmar el controvertido testamento, según la información publicada por el medio británico ‘The Sun’. En las pruebas aportadas ante él ante el Tribunal del Condado de Londres Central, se refleja la mujer estaba en estado terminal, apenas podía moverse y sufría demencia desde hacía años. Pese a su deteriorado estado, fue inducida a firmar un testamento en el que excluía a su hijo de la herencia y nombraba a su hija menor como única beneficiaria de toda su fortuna.
El documento, era un modelo genérico descargado de internet que fue completado por la propia hija, en el que además se la nombraba como albacea testamentaria. La grabación del momento de la firma, que fue aportada por la hija como prueba de legitimidad, acabó convirtiéndose en el principal argumento para la impugnación, y es que en ella se observa cómo la anciana apenas puede articular palabra y necesita ayuda física para firmar.
La justicia anula el testamento y la herencia se repartirá a partes iguales
El hermano llevó el caso a los tribunales alegando que su madre no tenía la capacidad mental para comprender el contenido del testamento y sostuvo que en el propio vídeo se demostraba que la firma “no era un acto independiente de la fallecida”.
En él se pudo comprobar como la anciana estaba “luchando por redactar su testamento final mientras estaba terminalmente enferma”, según el tribunal. En uno de los fragmentos, la mujer solo consigue responder con un “sí” o un leve gruñido a preguntas simples, lo que reforzó la tesis de que no comprendía plenamente lo que estaba firmando.
La hermana justificó que su hermano no se hacía cargo de su madre, y que ella había renunciado a todo para atenderla “las 24 horas del día, los siete días de la semana” y que incluso le pidió ayuda “le rogué llorando por teléfono que bajara y me diera un respiro”, declaró.
Como defensa, su hermano sostuvo que visitaba a su madre “regularmente, semanal o quincenalmente”, hasta que su hermana comenzó a apartarlo. Según su versión, se volvió cada vez más desconfiada y temía que él intentara vender la vivienda familiar sin su consentimiento. Esta tensión entre los hermanos alcanzó el punto álgido poco antes de la firma del testamento.
Tras analizar las pruebas y escuchar a ambas partes, el juez consideró que la anciana murió intestada, es decir, sin un testamento legalmente válido, y como consecuencia, según las leyes Británicas, la herencia se dividirá a partes iguales entre ambos hermanos.
