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Un joven da un giro de 180 grados a su vida y abandona su trabajo para mudarse al pequeño pueblo de sus padres

En 2022, este joven quiso quedarse con el pequeño restaurante gourmet que había regentado su familia desde que fue fundado.


El dueño del restaurante atiende a los clientes
Un joven da un giro de 180 grados a su vida y abandona su trabajo para mudarse al pequeño pueblo de sus padres |France3
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:

Nicolas Merck tenía 23 años y un buen puesto de trabajo como controlador de calidad industrial cuando decidió dar un giro de 180 grados a su vida. Dejó atrás años en la empresa donde estaba, a sus compañeros de oficina y las interminables hojas de Excel para quedarse con el negocio familiar. Este es un pequeño restaurante ‘gourmet’ situado en Hunspach que ha estado regentado por su padre, abuelo, bisabuelo, y así hasta llegar a 1835.

Merck es la séptima generación que se hace cargo de este establecimiento. El joven emprendedor concedió una entrevista en France3 donde explicó que Le Cerf (que así se llama el restaurante) “es una parte importante de mi infancia”. Creció entre sus cuatro paredes bajo la mirada de su bisabuela a la que ayudaba a preparar las ensaladas. Luego, se quedó al mando su tía Doris. Pero cuando esta cumplió la edad de jubilación, no había nadie que quisiera coger el relevo generacional.

“Entonces pensé en si debía arriesgarme o no, pero cuando das demasiadas vueltas, no avanzas. Sólo se vive una vez así que seguí mis deseos. Si el bistró se hubiera vendido, me habría arrepentido toda mi vida. Han pasado muchas cosas aquí dentro”.

El restaurante familiar es un punto de encuentro vecinal

Un camarero sirve a varios clientes. | Envato

El restaurante de la familia de Nicolas es un espacio de encuentro para los 600 vecinos del pequeño pueblo en el que se encuentra, Hunspach. “El ambiente es muy bueno, vienes y ves mucha gente aquí”, explica a France3 uno de los clientes habituales. Va a diario con otros amigos a comer el menú del día. 

“Hace tiempo que venimos, desde que éramos jóvenes. Entonces veíamos a los mayores sentados en las mesas, comiendo. Ahora, esos mayores somos nosotros y cuando llegan los más jóvenes del pueblo, son ellos los que nos miran”, dice Freddy.

La comida para llevar es otro de los puntos fuertes del restaurante ‘gourmet’. Hay quienes son clientes habituales como Christina. Lo que más valora es el servicio y la comida casera. Porque es una delicia y en la carta se puede elegir entre chucrut, cordon bleu e incluso langosta que suele estar en los platos del día de los lunes.

En Francia se cierran más de 1.000 bistrós cada año

En Francia, se están cerrando más de 1.000 pequeños restaurantes bistrós cada año. Por eso, cuando Le Cerf se convirtió en un ‘bistro rural’, los vecinos y la familia de Nicolás lo celebró como un acontecimiento.

Hay 130 en Francia que se apoyan mutuamente y se ayudan a salir adelante, pero otros 1.000 no tienen recursos y desaparecen, “Nos reunimos e intercambiamos ideas, cosas que funcionan y otras que conviene evitar, queremos seguir siendo atractivos. A menudo somos uno de los últimos negocios del pueblo en cerrar”. 

Uno de los objetivos es que baje la edad de los clientes, conseguir conquistar a los jóvenes como mejor saben, por el estómago. “Nos encanta venir, ponemos música y hacemos muchas cosas, como un club de ahorro que ya se ha puesto en marcha”.

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