Aurelio Rojas, cardiólogo: “Una cucharadita de aceite de oliva al día reduce un 28% el riesgo de morir por demencia y protege tu corazón”

Uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea es el aceite de oliva virgen extra. Pero, ¿Por qué tomo una cucharadita de aceite de oliva virgen extra todos los días?. Según explica el cardiólogo Aurelio Rojas “Pues no es por la moda ni porque esté buenísimo, es porque tengo un corazón y un cerebro que quiero cuidar muchos años más”. Así, más allá de ser una moda pasajera o una receta popular más, se basa en hallazgos científicos que han demostrado que el aceite de oliva virgen extra (AOVE) tiene efectos muy beneficiosos tanto para la salud cardiovascular como para el cerebro.

Esto es así, y de hecho, uno de los estudios al respecto, es el que publico la Universidad de Harvard en la revista JAMA Network Open (se puede leer en este enlace en inglés). Según esta investigación, realizada sobre más de 92.000 personas a lo largo de 28 años, quienes consumen una cantidad equivalente a una cucharadita diaria de AOVE presentan un 28% menos de riesgo de morir por demencia en comparación con quienes no lo incluyen en su dieta diaria.

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La explicación puede estar en los compuestos fenólicos presentes en este tipo de aceite, como el oleocantal y el hidroxitirosol, que han demostrado propiedades antioxidantes y antiinflamatorias capaces de proteger las neuronas del daño oxidativo, frenar procesos inflamatorios crónicos y, en consecuencia, preservar la función cognitiva.

Una cucharadita al día para reducir el riesgo de ictus, infarto y colesterol elevado

El efecto protector del aceite de oliva virgen extra no se limita únicamente al cerebro. Tal y como señala el cardiólogo Aurelio Rojas, los beneficios también alcanzan al sistema cardiovascular: “Una cucharadita puede ayudar a proteger tu memoria. Y no solo eso, el estudio Predimed encontró que reduce un 30% el riesgo de infarto o ictus. Si necesitas milagro, solo añadiendo aceite de oliva”.

Este dato se respalda en el estudio PREDIMED, liderado por investigadores de la Universidad de Barcelona y considerado uno de los ensayos clínicos más relevantes realizados en Europa sobre nutrición preventiva. La investigación, publicada en la revista New England Journal of Medicine (se puede leer aquí en inglés), concluyó que una dieta mediterránea enriquecida con aceite de oliva virgen extra reduce hasta en un 30% la incidencia de eventos cardiovasculares graves, como infartos, accidentes cerebrovasculares o incluso muerte de origen cardiovascular.

Este efecto cardioprotector se debe, en gran parte, a la acción de los ácidos grasos monoinsaturados presentes en el AOVE, que ayudan a disminuir los niveles de colesterol LDL (malo) y a elevar los de HDL (bueno). A ello se suma su capacidad para reducir la presión arterial, mejorar la función endotelial y disminuir la inflamación crónica, lo que favorece una circulación más saludable y un menor riesgo de obstrucciones arteriales.

Un gesto que suma “años de los buenos a nuestra vida”

“Una cucharadita al día, pequeño gesto, gran diferencia”, insiste el Dr. Rojas, apelando a la simplicidad de un hábito que, sin esfuerzo, puede traducirse en beneficios tangibles a medio y largo plazo. Y no se trata solo de prevención, ya que otros estudios también apuntan a que el aceite de oliva virgen extra también puede contribuir a mejorar la digestión, proteger la mucosa intestinal y actuar como antiinflamatorio natural, comparable incluso con el ibuprofeno en su mecanismo de acción gracias al oleocantal (puedes leer el estudio completo de British Journal of Pharmacology).

En una sociedad donde muchas veces se busca la solución en suplementos o en productos procesados “funcionales”, el aceite de oliva virgen extra puro, sin aditivos y con siglos de tradición en la dieta mediterránea se presenta como una opción accesible, segura y científicamente validada para cuidar la salud.

Por eso, Aurelio Rojas lo tiene claro. “Lo hago porque quiero sumar años, pero de los buenos”. Una cucharadita al día que, sin apenas esfuerzo, puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida. Porque en la salud, como en la vida, los pequeños gestos importan.