La temporada de vacaciones ya está aquí, y con ella las trampas. Porque son muchas las personas que se dan prisa para reservar su apartamento o su vivienda de alquiler de vacaciones. Pero con la premura, vienen los problemas, pues en muchas ocasiones se pasan por alto algunos errores que, al final, pueden arruinar nuestros planes. Es más; como avisan desde organizaciones como FACUA o la OCU, tenemos derecho a unos básicos durante esta temporada.
Hablamos de que son muchos los viajeros que caen directamente en trampas de alquiler disfrazadas de fotos perfectas y excelentes reseñas. Y lo más peligroso es que ni siquiera lo saben. A medida que crece la emoción por esa viajar hacia esa escapada de verano tan esperada, también crece el riesgo. Mientras tanto, los anuncios falsos y los comentarios engañosos proliferan en todas las plataformas.
Los meses de verano son los favoritos de los timadores en alquileres vacacionales
De hecho, los meses de verano son los favoritos de los timadores dedicados a las estafas en alquileres vacacionales, puesto que el número de anfitriones ocasionales aumenta considerablemente, mientras que el ajetreo propio de la época ayuda a camuflar sus actividades fraudulentas.
Es ahí donde se pueden observar importantes indicios con los que tenemos que estar muy alerta. Por ejemplo, que el propietario nos diga que no vive cerca del apartamento. Una de las excusas que suelen poner estos estafadores es que se encuentran fuera, incluso dando explicaciones de más sobre por qué está en el extranjero, ganándose así la confianza del usuario. Además, puede aprovechar esta situación para solicitar una transferencia bancaria internacional.
No todas las condiciones son válidas para reservar un alojamiento en verano
Otra característica común es la de enviar un contrato para alquilar la propiedad sin ni siquiera haberle dicho al casero de querer alojarse, sino con tan solo pedir información. Al enviar este contrato también se nos reclamará una fotocopia del DNI, pero esta es una forma de que nos roben la identidad, por lo que hay que tener mucho cuidado porque pueden usarlo para cualquier fin. Y normalmente no serán fines lícitos…
Contra todo ello, además, existen otras condiciones que son las que debemos revistar cuidadosamente. Especialmente en aquellos alojamientos al más puro estilo Airbnb o Booking, donde las gestiones del mismo se hacen directamente con la plataforma de servicio y con agencias inmobiliarias, y no con una persona propiamente dicha. Estas son algunas cláusulas que se llegan a considerar como excesivas o abusivas:
- Penalizaciones abusivas por cancelación: Algunas cláusulas imponen el pago del 100% del importe aunque la cancelación se produzca con semanas de antelación. Según la norma, estas condiciones pueden considerarse abusivas si no se da un margen razonable para cancelar. Lo razonable es aplicar una penalización progresiva, proporcional al tiempo que falta para la fecha de entrada.
- Fianzas no reembolsables con o sin justificación: Muchos contratos imponen una fianza por “posibles desperfectos” que luego no se devuelven, sin justificar o con pruebas ni inventario firmado. “El arrendador debe entregar un documento detallado del estado inicial y justificar con pruebas cualquier daño”, advierte FACUA.
- Gastos extra no especificados: Electricidad, limpieza, wifi... En algunos contratos se cobra por servicios que deberían estar incluidos o no se especifican claramente. Según Idealista, todos los conceptos deben estar desglosados por escrito desde el principio, especialmente si el pago se realiza por adelantado.
En caso de decidamos alquilar directamente a un particular, es fundamental verificar la identidad del propietario y, sobre todo, asegurarnos de que el apartamento esté registrado como alojamiento turístico. Para ello, el propietario debe proporcionarnos el número de licencia o registro turístico y podemos consultar su validez en el registro oficial de turismo de su comunidad autónoma. Este paso es crucial para garantizar que el alojamiento cumple con los estándares de seguridad, higiene y habitabilidad exigidos por la ley.
Se recomienda firmar un contrato si el alquiler vacacional es directamente con el propietario
Un contrato de alquiler turístico es un acuerdo legal esencial que detalla las condiciones de una estancia. Cuando se alquila a través de una plataforma digital, no es obligatorio ni habitual que se firme un contrato, ya que estas webs suelen actuar como intermediarias y gestionan las condiciones a través de sus propios términos y políticas.
Ahora bien; si el alquiler se realiza directamente con el propietario (sin intermediarios), sí es recomendable y habitual firmar uno. En este contrato se suelen detallar aspectos fundamentales como el precio, una descripción precisa del alojamiento, la duración de la estancia y las normas de la propiedad. También puede incluir especificaciones sobre los servicios ofrecidos. Además, debe aclararse si se cuenta con servicios adicionales, como ropa de cama o limpieza.
